Tratamientos y Servicios
Osteopatía: ¿Qué es?
La osteopatía más que una técnica es un método diagnóstico y terapéutico manual, que observa el cuerpo humano de manera global, como una única unidad en la que los conceptos de estructura (huesos, músculos, vísceras, cráneo, etc.) y función (para qué valen estas estructuras) están íntimamente relacionados. Esto lo que quiere decir es que una enfermedad (disfunción osteopática) de una estructura o de su función tendrá una influencia anormal sobre el resto del cuerpo.
Se trata de una terapéutica manual que ayuda a aliviar, corregir y recuperar lesiones osteopaticas músculo-esqueléticas y patologías orgánicas. La intervención osteopática realiza una valoración funcional a partir del cual utiliza un conjunto de métodos y técnicas aplicados manualmente sobre los tejidos musculares, articulares, conjuntivos, nerviosos etc, obtienen de forma directa o refleja, reacciones fisiológicas que equilibran y normalizan las diferentes alteraciones musculares, osteoarticulares, orgánicas y funcionales, mejorando la calidad de vida del cliente.
La osteopatía se basa en unos principios tales como: la estructura gobierna la función, la unidad del cuerpo, la ley de la arteria, o la autocuración.
La estructura son las diferentes partes del cuerpo, (huesos, músculos, fascias, glándulas, piel, vísceras...). Cualquier alteración, donde quiera que se produzca, en estas partes del cuerpo, dará lugar a un mal funcionamiento de los sistemas afectados y de los que dependen de él.
La unidad del cuerpo es la facultad que tiene el cuerpo humano para encontrar su equilibrio. Es lo que se conoce como homeostasis. El Dr. Taylor Still, (padre de la osteopatía como ciencia), situó esta facultad al nivel del sistema músculo-fascio-esquelético, el cual es capaz de archivar en la memoria celular los traumatismos sufridos.
La ley de la arteria es absoluta y simple. La sangre es el medio de transporte de todos los elementos que el organismo necesita para luchar contra la enfermedad. Allí donde la sangre llega con más dificultad, es más fácil que se instaure la enfermedad, ya que se produce la Ley del mínimo esfuerzo. Es decir, la enfermedad se instala en el órgano más debilitado. Una mala circulación condiciona un estado funcional u orgánico.
La autocuración viene a través de los medios que el cuerpo tiene para auto-defenderse, eliminar y deprimir las enfermedades. Sin embargo, los sistemas de nutrición y eliminación celular, (vasos, nervios, conductos linfáticos, etc.), deben funcionar sin obstáculos para que la enfermedad no se produzca.
Estos principios lo que nos vienen a decir es que mientras nuestros sistemas se encuentren en armonía no podrá asentarse la disfunción osteopática. En cambio, en el momento que algún elemento se ve perturbado se asentará la disfunción. En este caso actuaremos mediante técnicas manuales en los tejidos y dejaremos actuar al organismo para que encuentre el equilibrio de manera natural (homeostasis).
Indicaciones de la Osteopatía:
En cuanto a las indicaciones de la Osteopatía, nos centraremos en mencionar los problemas más frecuentes que se trabajan y expresado de manera muy genérica.
El campo de actuación se orienta a todas las estructuras del cuerpo humano y, en lo que se refiere al aparato locomotor, tiene importantes indicaciones en disfunciones que cursan con dolor a nivel de la columna vertebral (cervicalgias, neuralgias, tortícolis, dorsalgias, lumbalgias, ciáticas y, en general, neuralgias de origen vertebral o síndromes compresivos periféricos), o a nivel del troco, región costal, así como dolores en los miembros superiores o inferiores (secuelas de traumatismos, esguinces, tendinopatías etc).
Igualmente tienen indicación especial las cefaleas y síndromes migrañosos, vértigos, trastornos digestivos funcionales, e igualmente de los sistemas cardiorrespiratorio, circulatorio, ginecológico etc. Multitud de trastornos relacionados con la articulación temporomandibular tienen indicación de tratamiento osteopático, es decir, la relación entre el odontólogo y el osteópata amplifica los resultados en el tratamiento de los trastornos oclusales y odontológicos en general.
En definitiva, cualquier problema funcional que afecte al sistema muscular u osteoarticular provocará, tarde o temprano, un problema orgánico, dado que todas las funciones orgánicas están interrelacionadas entre sí. Por ejemplo, la disfunción mecánica vertebral es una lesión de naturaleza micromecánica que se automantiene, por vía refleja, con espasmos musculares profundos (mecanismo de defensa que pone en marcha el sistema nervioso), muchas veces reversibles de forma espontánea o por manipulación osteopática durante una sesión de tratamiento.
Patologías que se pueden tratar con la Osteopatía
Como hemos ido mencionando antes la osteopatía es una terapia global que abarca todo el cuerpo. Entonces podremos tratar cualquier problema funcional del organismo. En caso de encontrar una causa que no está dentro de nuestro campo de acción o de necesitar la colaboración de otro especialista os derivaremos al profesional oportuno para una nueva valoración y para comenzar un trabajo multidisciplinar. Para poder entenderlo mejor, pondremos el ejemplo de una persona que acude al osteópata por dolores mandibulares, chasquidos y bloqueos en la apertura y cierre de la boca. Después del estudio oportuno observamos que uno de los factores que le ocasionan los problemas de la mala oclusión es por la falta de una pieza dental. En este caso le derivaremos al odontólogo para que solucione esta causa. Mientras, el osteópata continua con el tratamiento de otras posibles causas.
Todo tipo de dolores del sistema osteomuscular provocados por un traumatismo o de comienzo paulatino como cervicalgias, lumbalgias, hernias, dolores de rodilla, esguinces,...
Problemas que conlleven un factor neurálgico como ciáticas, síndrome del túnel carpiano, cervicobraquialgias, neuralgia de Arnold, neuralgia del trigémino,...
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Vértigos, mareos, dolores de cabeza (jaqueca, migrañas, dolores occipitales o de un solo lado de la cabeza),...